Los actos que se celebran estos días, con especial incidencia, hoy, Día Internacional para la erradicación de la violencia contra las mujeres, son una muestra más de nuestra repulsa a ese comportamiento.

Ninguna campaña sobra, ningún gesto ni acción es innecesario. Los malos tratos llegan a todos los rincones de nuestro país, sin importar condición económica, social o formativa de quien los inflige o los padece.

Y hasta el último rincón debemos llegar para alertar de lo que sucede, prevenir la violencia y recordar a las mujeres que hay salida a ese dolor y a ese daño, que otra vida es posible.

Por eso nuestras actividades, sencillas, locales, son importantes, son grandes. Porque sumadas a otras pueden formar parte de la marea de sensibilización social y política necesaria para acabar con esta lacra.

A la vista del dramático balance de mujeres muertas a manos de sus parejas o exparejas, una media de ochenta cada año de la última década, no cabe duda de que los avances legislativos y judiciales y las campañas de mentalización no han sido suficientes.

Y, hay que decirlo, los recortes económicos y discursos contemporizadores, inadmisibles, injustificables y destructivos para esta tarea que debemos acometer todos juntos y con idéntica convicción.

Queda mucho trabajo por delante. Y desde nuestra humilde posición como Gobierno local de un municipio de menos de 20.000 habitantes, ponemos nuestro granito de arena. El 25 de noviembre, sí, pero también el resto de los días del año.

La violencia contra la mujer es una violación de los Derechos Humanos, consecuencia de la discriminación por género y alimentada por la desigualdad salarial, en derechos, en hábitos y costumbres sociales.

Por eso pelamos y pelearemos por una igualdad efectiva, que además de garantizar idénticas oportunidades a mujeres y a hombres, acabe de una vez por todas con los malos tratos de quien se sabe o se cree poderoso contra quien, nos han asegurado siempre, es el sexo débil.

Demostremos que podemos ser, todos y todas, fuertes en convicciones, en valores, en sentido de la justicia y pongamos fin a la sinrazón de la violencia contra las mujeres.