Una vez más el grupo de teatro Ajei no defrauda a su público, a los  más de cuatrocientos fieles que abarrotaron el patio de butacas del teatro municipal de San Bartolomé, el viernes 23 de marzo.

 

 

La obra comienza con una espectacular Lolita de León en escena, adornada con un sofisticado vestuario, representando a Crisantemo,  una de las “que tienen que alternar”.  Su tarea diaria gira en torno a uno de sus clientes habituales, don Amadeo, dramatizado por un hilarante Francisco González. Ambos se responsabilizan del primer tiempo, ese en el que el público está aclimatándose y donde se consigue captar toda la atención del espectador. El resultado es soberbio y la expectación es máxima, percibiéndose gran complicidad entre los dos actores.

Esta comedia de Alfonso Paso gira en torno a un piso de “citas”, donde Crisantemo intenta ganarse  la vida con discreción,  requisito imprescindible que se vuelve harto complicado con las irrupciones de una pánfila  Lali, personaje escenificado por  Carmen Delia Corujo, que logra ese equilibrio perfecto  entre la inocencia y el sexappeal. Su presencia en la trama y el desenlace es fundamental.

Tras accidentados intentos de alternar,  que ponen a don Amadeo al borde de un ataque de nervios,  y justo en el punto álgido de la escena, aparece Juana Saavedra,  con un llamativo y descarado atuendo que despliega las risas de todo el aforo. Ella es Dalia,    una antigua compañera de profesión de Crisantemo, que pretende reivindicar su derecho a la exclusividad sobre uno de sus clientes: precisamente don Amadeo. De esta forma el conflicto está servido. Dalia viene  acompañada de su abogado Jaime, representado por el actor Toñín Domínguez, siendo  él quien intente dirimir entre los derechos de cada “señorita”.

El enredo va in crescendo, encontrándose en escena Jaime y don Amadeo, yerno y suegro respectivamente. Un hallazgo que complica la situación, cuando se incorporan sendas esposas: Consuelo y su madre, doña Rosario. Increíble cuadro de caracteres, que genera una tensión resuelta por la pobre Lali, que descubre el falaz intento de Dalia y Crisantemo por  fingir ser unas profesoras decentes.

Reyes Tabares, será doña Rosario, mostrando prodigiosamente  la personalidad de una abnegada esposa que intenta descubrir los afer de su marido. Con su presencia dotada de opulentas curvas,  el público termina de desternillarse. La podre Consuelo acompaña a su madre sin imaginarse que están justo en el burdel, donde descubrirán a sus  impúdicos maridos.

La escena termina con el caos total, descubriéndose el absurdo enredo, con todos los personajes en escena y  formando un puzle  cómico absolutamente histriónico.

La efectividad de la  labor de la directora del grupo, Marisol Arrocha se aprecia en numerosos factores como: la selección del reparto;  que la adaptación de la persona al personaje se haya  logrado con tanta  frescura y facilidad; que las innumerables entradas y salidas estén perfectamente coreografiadas; que  las voces y su respectiva expresividad sean tan significativas  y sobre todo que la comunicación con el público sea  máxima. Sin duda su esfuerzo se ha visto recompensado y la ovación es merecidísima.

Será ella misma quien recoja  el emblema de la V Semana Cultural del Teatro de San Bartolomé de mano de la Sra. Alcaldesa, Mª Dolores Corujo Berriel.

Otros miembros de la corporación como Carmen González, Teniente-Alcalde  o Eduardo Perera, Concejal de Cultura, acompañaron al grupo en este estreno de una obra que ha costado horas de ensayo y dedicación personal.

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