El alcalde destacó en su discurso de apertura de las fiestas: Desde este Ayuntamiento trabajaremos codo con codo con profesionales como Elisa Corujo, para dignificar ese proceso de senilidad, con una fuerte apuesta por nuestros mayores, su asistencia y apoyo a las familias.

Elisa Corujo insistió en la manera de vivir de antaño, la vida se vivía sin prisas, donde la naturaleza nos ofrecía los cuidados. La familiaridad era global, y desde esta perspectiva observo el gran humanismo que existía.

Mi eterno agradecimiento a mis padres, acentuó la pregonera, “pues sin saber cómo hacer hicieron que nuestra educación fuera más amplia. Su espacio tuvieron Teresa Martín, Teresita la abogada, y Cándida Cruz, Candita, la maestra, “que nos hicieron ver la importancia del estudio, la importancia de salir del pueblo. Así, nos acompañaron a entrar en el Instituto Blas Cabrera. Y desde este punto, el tiempo de formación y crecimiento personal no ha parado”.

Después de todos estos años, de haber estado al lado de tantas personas acompañándolas hasta el final, cada día vivo con plenitud mi sentido profesional, y doy gracias por esta conciencia, por la posibilidad que la vida me da: estar al lado de la persona frágil de la persona que siente un gran desamparo en su proceso de enfermedad, sin recursos para sus cuidados.

Hoy nuestro Ayuntamiento, el Ayuntamiento de San Bartolomé, inicia una andadura ilusionante, comprometida en la búsqueda de recursos para atender a las necesidades más apremiantes de su vecindad. Su compromiso es llevar la atención a las personas que más lo necesiten de una forma directa. Valorar de forma individualizada cada caso, crear un espacio de abrigo familiar y aliviar las cargas de las personas que más sufren. El compromiso existe, ahora queda ponerlo en práctica. Es una tarea de todos, pues todos debemos poner de nuestra parte  para que la equidad constituya un valor social compartido. Las necesidades son muchas y  los recursos, siempre,  escasos. Abogó Elisa, por la participación de la vecindad, escuchar a las asociaciones, sociedad civil, y así hacer más fuerte a las administraciones para conseguir objetivos importantes.

El acto de apertura oficial de los festejos, es la lectura del pregón, y la doctora Elisa Corujo, vecina de San Bartolomé y médico-geriatra fue la encargada en esta edición de abrir los festejos.

El alcalde invitó a los asistentes a participar activamente en los actos, e hizo el discurso institucional en el que habló de la pregonera, con palabras de agradecimiento y reconocimiento, señalando: “Antes de dar paso a la lectura del pregón permítanme hablar de la labor que realizan nuestros profesionales de la medicina, y en este caso de la geriatría, porque ellos son el nexo con la vejez entre nosotros y nuestros familiares, son los que velan por la atención en un momento de gran fragilidad, donde la cronicidad de las enfermedades y la dependencia llega, aunque en muchos casos, no por sorpresa sino por el deterioro del propio degaste del cuerpo con todo lo que conlleva, y si hay un referente no sólo municipal sino insular, es sin duda Elisa Corujo. Es esa interlocutora que informa a cuidadores y cuidadoras para que entendamos, comprendamos y naturalicemos los problemas de salud en el proceso del envejecimiento. Es el vínculo con el equipo de trabajo que hay detrás con trabajadores sociales, equipos de enfermería y otros especialidades médicas. Con ella entendemos que al mayor se le aborda desde otra perspectiva.

Continuó: Desde este Ayuntamiento trabajaremos codo con codo con profesionales como Elisa Corujo, para dignificar ese proceso de senilidad, con una fuerte apuesta por nuestros mayores, su asistencia y apoyo a las familias.

Destacó la lucha de la pregonera, por la dignificación de la persona y también de los profesionales del gremio, porque cuando sabes construirte de las pérdidas y aprendes desde el acompañamiento que bien conoció, la visión cambia y eso la hace ser una gran defensora de lo público que valora lo que hacen las familias y que defienda la calidad de vida que puede darse desde la cercanía en los espacios que se generen para los mayores.

El alcalde dio las gracias públicamente a todas esas personas que cada día cuidan de los mayores desde cualquier centro, que los miman, los bañan, viven sus desvelos, hablan con ellos, salen de paseo, a los que los cuidan en sus hogares con dedicación plena y gran delicadeza, “renunciando en muchos casos a su propia vida. Gracias porque son un gran valor de esta sociedad, de nuestra cultura y sobre todo porque lo hacen desde el amor infinito de devolver todo lo que los mayores han aportado a la familia y a la vida de cada uno. Gracias y un merecido aplauso para todos y todas las cuidadoras y cuidadores, que en silencio, desde la entrega realizan esta gran labor”.

Concluyó mostrando su  compromiso y “estoy seguro será unánime el de toda la corporación de sacar adelante un gran proyecto para nuestros mayores, en el que compartan espacio, tengan los cuidados que necesitan y además sea ese respiro para sus familiares”.

La pregonera fue recibida en el escenario entre aplausos del público y con un fuerte abrazo del alcalde, llegando la noche al punto álgido la lectura del pregón.

Elisa Corujo, emocionada comenzó su discurso dando las gracias y comentando la oportunidad que le brinda volver a estar en este espacio y en estas circunstancias para rescatar de la memoria los recuerdos.

“Hablar de un pueblo, más cuando es el pueblo donde se ha nacido, es hablar de  los sentimientos que las vivencias han dejado en nuestro recuerdo, hoy, en mi recuerdo.

La fiesta de un pueblo es el momento más importante para sus vecinos. Ellos nos dan a conocer sus espacios, que han embellecido para la ocasión. Muestran sus  actividades culturales preparadas con mucho entusiasmo (teatros, rondallas, desfiles, carrozas), propician el encuentro de los miembros de la familia. Algunos regresan de lugares lejanos para compartir el abrazo, el conocimiento, la emoción y una comida preparada con mucho esmero como es tradicional.

Las actividades que llevan a cabo las gentes del lugar precisan del apoyo institucional para alcanzar mayor cobertura y difusión. Es el Ayuntamiento de San Bartolomé, a lo largo de los años, el que no ha escatimado esfuerzos, dentro de sus posibilidades, para  que las fiestas sean vistosas, alegres y  participativas para los niños y jóvenes como para las personas mayores.

Los años van pasando y las formas van cambiando. Recuerdo los preámbulos de las fiestas cuando era joven. Nos preparábamos para ofrecer lo mejor de cada uno: las casas se enjalbegaban, se limpiaban  a fondo, se estrenaban zapatos y los vestidos hechos para la ocasión con el fin de lucirlos en la procesión del Santo; La iglesia se llenaba de gente, no importaba si acudías de forma regular o no. Se trataba de mostrar el respeto, el agradecimiento  y el orgullo de pertenecer a la comunidad”.

Con un gran sentimiento subrayó “mi corazón se llena de añoranza, de nostalgia, pues en el devenir de la vida todo va mudando. Es nuestro destino humano. Las  vivencias que acumulamos de forma individual son únicas, y las compartimos con personas que nos acompañaron y nos dieron todo su afecto y saber. Sus enseñanzas nos honran y nos fortalecen, para no romper este eslabón de vida. Para seguir creciendo y compartiendo.

Las personas cambian, los espacios se modernizan. Son las autoridades que representan a un pueblo las que tienen que mantener viva la cultura, el legado de nuestros ancestros, con el fin de diferenciarnos en este mundo que tiende a homogeneizarse. La multiculturalidad enriquece a la humanidad”.

Habló de precariedad y las dificultades de la vida de nuestros antepasados, de supervivencia, escasez de agua, limitados medios de subsistencia, grandes erupciones volcánicas, plagas, enfermedades de siglos pasados. Habló de hambre, pobreza, la Guerra Civil, las dificultades económicas, hilándolo como causa en la primera mitad del siglo XX, para que el Ayuntamiento de San Bartolomé dejara en arrendamiento los terrenos del monte para que las personas más humiles pudieran cultivarlos. Así fue como los cultivos de batatas, cebollas, tomates y cereales, dieron al pueblo un respiro económico que se abrió a mercados nacionales e internacionales. La solidaridad con los más débiles se pudo apreciar cuando, para contribuir a  mitigar el hambre, D. José María Gil creó “Las cocinas populares”. En ellas se daba de comer a las familias más pobres del pueblo.

La reivindicación también estuvo presente en el pregón: San Bartolomé es un pueblo abierto, solidario que ha  amparado, y ampara, otras culturas y personas. Quizás, debido al duro recuerdo del emigrante de esta tierra allá por la primera mitad del siglo XX. Ellos tuvieron que vivir grandes luchas por sobrevivir, pobreza acusada, desamparo, miserias y muertes. No perdamos este sentido de la solidaridad. Nuestro planeta tierra pertenece a todos, y todos cabemos en él. Busquemos la dignidad en la convivencia, dando cobijo al que sufre con el fin de evitar las experiencias padecidas por nuestro pueblo.

La historia de nuestro municipio es larga con sus distintos conflictos y luchas por llegar a ser. No ha sido fácil, pues San Bartolomé no existía como municipio hasta 1879, cuando logró segregarse de Teguise. Después vienen las luchas internas de los distintos protagonistas que han querido lograr el poder de las instituciones. En el momento actual, y en los últimos 30 años del siglo XX, la estabilidad política, en el contexto de un marco democrático,  y la mejora de los recursos económicos, ha podido establecer un entorno de paz y confianza, para poder atender a las necesidades, y proyectar el crecimiento y el bienestar social.

El pregón lo concluyó con lo más personal, sus vivencias y raíces, en la calle San Simón. Irene y Eduardo son mis padres, con gran emoción dijo hablo en presente  pues no existe día que no acaricien mi memoria. Palabras de amor profundo hacia San Bartolomé pueblo en el que vivió sus logros personales desde las distintas vertientes, “logros que me permitieron iniciar el camino por el que transito en el momento actual”. Siento en cada paso la resiliencia que me permite continuar con ilusión en la labor del día a día”. Palabras de amor para su abuela Matilde, insistió fragilidad, humildad, amor, trabajo y mucha entrega eran los rasgos que definían a las personas de mi entorno, mi familia, mi pueblo. Habló de carencias, donde se apreciaba la naturaleza, del consumo racional de agua, como se entablaban las relaciones en la calle, que eran la red social real.

Nos trasladó a los olores, sabores, al calor del horno a leña, el aroma de los dulces tradicionales, y su madre volvió a cobrar presencia, como lo hizo la conciencia medioambiental, y César Manrique, habló de la destrucción del territorio, de preservación en este centenario de César.

Mi trayectoria profesional está marcada por la voluntad  de dar cuidados. Los remedios sanitarios eran muy escasos y privados. Existía mucha generosidad, pero no todos podían acceder a ellos. Eran los cuidados y el acompañamiento los que aliviaban el malestar. Observé como mi madre se entregaba a confortar los últimos momentos de la vida de nuestros seres queridos. Se aceptaba que  la vida terminara en el entorno familiar. Su cuidado y acompañamiento reverbera en mi memoria.

Mi primer centro de trabajo ha sido el Hospital Insular de Lanzarote, centro que me dio la posibilidad de ejercer mi profesión desde mi formación. En él pude reconocer mis capacidades y desarrollarlas. Gracias a las personas que componen el equipo de trabajo del Hospital Insular y que juntas hemos llevado a cabo el desarrollo de una atención centrada en la fragilidad del ser humano. 

 Después de todos estos años, de haber estado al lado de tantas personas acompañándolas hasta el final, cada día vivo con plenitud mi sentido profesional, y doy gracias por esta conciencia, por la posibilidad que la vida me da: estar al lado de la persona frágil, de la persona que siente un gran desamparo en su proceso de enfermedad, sin recursos para sus cuidados.

 Estar al lado de la vulnerabilidad del ser humano nos hace revalidar nuestra humanidad. Estamos en un tiempo de mucho materialismo, de no tener en cuenta al otro, de gran incomunicación con la mirada y la escucha, que nos impide sentir que la fragilidad está ahí, que nos va a tocar, que nuestro ser es finito. Solemos mirar hacia otro lado para no darnos cuenta.

Uno de los pilares del bienestar de la sociedad debería ser la provisión de cuidados a las personas, en el marco de los pueblos, de las ciudades, de los estados. Es preciso conocer sus necesidades para que la gestión de los distintos gobiernos, de los  Ayuntamientos puedan mirar de cerca a la gente aportando los recursos que necesitan.

Terminó el pregón a lo grande, nombrando a la persona más importante de su vida, Eduardo, su sobrino, al que le dedicó tiernas palabras “la vida me ha permitido estar a tu lado y verte crecer. Tu padre se sentiría muy orgullo de ti”, a los amigos y amigas  que la han sostenido en muchos momentos difíciles y que conforman la familia que la vida me ha dado. Gracias por estar siempre, gracias por acompañarme desde el corazón, nombrando a los más jóvenes: Andrés, Julia, Lena, gracias por estar siempre.

Aplausos y el aforo del teatro fue la muestra de gratitud a Elisa Corujo, en pie todos y todas las presentes.

El alcalde, Alexis Tejera y el concejal de festejos, Isidro Pérez, entregaron a Elisa Corujo un detalle y unas flores como agradecimiento de la Corporación Municipal y vecinos y vecinas del municipio.

Destacó la presencia de muchos profesionales de la medicina, compañeros y compañeras del Hospital General el Insular, de amistades y familiares cercanas, así como de Presidenta del Cabildo, Corporación Municipal, Autoridades de distintas administraciones, Fundación César Manrique, Adislan, Afa y muchos más.

Fallo y exposición de fotografías históricas

En el trascurso del acto se conoció el fallo del XVIII Concurso de Fotografía Histórica quedando a la vez inaugurada la exposición de Fotografías Antiguas “Viviendo en el Tiempo”, en la entrada del Teatro, que podrá visitarse hasta el 24 de agosto en horario de lunes a viernes de 8.00 a 14.00 horas.

  • 1º premio, a la fotografía “Fiestas Patronales”, presentada por Olga de León Corujo.
  • 2º premio, a la fotografía “Sociedad El Porvenir”, presentada por Veneranda Rodríguez González.
  • 3º premio, a la fotografía titulada “Los Caballitos de la Feria”, presentada por Belén Pérez Corujo.

Concierto de Maru Cabrera acompañada al piano por Johans Barani

El broche final lo puso la música, con la voz de la gran cantante conejera, Maru Cabrera, convertida en una de las cantautoras con más proyección del panorama actual de Canarias, a la que acompañó su inseparable guitarra, y en el piano de cola, el pianista Johans Barani, que cuenta con una amplia trayectoria profesional. Se presentó de negro, en escena con 7 temas, Intro, Callejón con salida, Vuela Corazón, Vacíame el Momento, Desquerer, Fuiste y Vidas, llevándose en su corazón el caluroso aplauso del patio de butacas, que estaba al completo.